Curso de Repostería Sin Gluten en El Espíritu del Bosque

Hace unas semanas estuvimos de nuevo en El Espíritu del Bosque, el centro rural de Robledondo en el que se imparten cursos para aprender a hacer pan, queso, cosmética natural, observación de aves…

Habíamos estado en verano, en el curso de Pan Sin Gluten y el recuerdo era el de una jornada muy interesante donde aprendimos sobre diferentes harinas y almidones, practicamos el amasado y al final del día teníamos un montón de panes y muchas ganas de practicar.

En esta ocasión la temática del curso fue la Repostería Sin Gluten, sin mixes comerciales. Primero aprendimos conceptos generales sobre las harinas sin gluten, diferencias entre harinas proteicas y almidones, la diferencia entre levadura e impulsor y algún que otro truco para lanzarse a adaptar recetas en casa.


Lo primero que hicimos fue la masa de los donuts, que hay que dejar reposar para que la levadura (no impulsor químico) haga su trabajo. En la masa utilizamos psyllium, igual que en los panes, porque aporta esa elasticidad que da el gluten y que en nuestras masas no tenemos.

Mientras los donuts fermentaban, elaboramos un sabroso brazo de gitano. Primero el bizcocho plancha, sencillo pero muy esponjoso. Y mientras se horneaba y enfriaba preparamos una crema pastelera y montamos nata vegetal para rellenar el bizcocho y enrollarlo. A mí me parecía difícil y que se nos rompería, pero la verdad es que salieron muy bien (algunos tan gordos que casi eran muslitos de gitano).


Entre medias del brazo de gitano volvimos a los donuts porque hay que desgasificar ligeramente la masa, darles forma y volver a dejarlos fermentar bajo el sol que entraba por los ventanales. Después de comer, los freímos y decoramos con chocolate, glasa de azúcar y glasa de albaricoque. Umm salían tan doraditos que daban ganas de comérselos nada más salir.


A última hora de la tarde hicimos unas rosquillas fritas, las típicas de toda la vida. Eso sí, cuando las haga en casa les echaré un buen chorro de anís como hacía mi abuela. De los dos grupos que hicimos, a uno le salieron perfectas y en mi grupo se rompían, yo no sé qué hicimos pero de esos “desastritos” también se aprende y no pasa nada. He de agradecer a los compis porque en mi grupo además de sin gluten fue sin lactosa.


Por supuesto, antes de marcharnos nos repartimos el botín. Dos buenos trozos de brazo de gitano, donuts y rosquillas. Os diré que durante toda la semana estuve desayunando el brazo de gitano y hasta el último día estaba muy esponjoso. Algunos de los donuts nos los merendamos al día siguiente y el resto derechitos al congelador para un buen desayuno de fin de semana.

Además de aprender y practicar con los consejos de Juan Carlos Menéndez, como en el taller de pan, tuvimos la oportunidad de compartir la jornada con otros celiacos y personas que por diversas razones emplean harinas sin gluten. En esta ocasión el grupo era muy diverso (blogueros, emprendedores de negocios “sin gluten”…) y procedente de puntos tan dispares como Canarias, León, Blanes u Oporto.

¡¡Muchas gracias a todos por esa jornada tan dulce y entretenida!!

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