Carrot Cake · Sin Gluten Sin Lactosa

Una de mis tartas favoritas es la Carrot Cake o Tarta de Zanahoria, sobre todo cuando está especiada y aromatizada. Sin embargo, nunca la había preparado en casa, hasta la pasada Nochevieja, que como ya viene siendo costumbre me encargo de hacer el postre. Así que no encontré mejor celebración para poner en práctica mi propia receta de Carrot Cake que tanto tiempo llevaba apuntada.

Es muy fácil de hacer y estoy seguro de que os va a gustar tanto como a mí. Podéis encontrar tropecientas recetas de carrot cake, yo tenía anotadas un montón y al final decidí jugar a la creatividad y hacer mi propia propuesta.


Ingredientes

Para preparar una carrot cake de unas 10-12 raciones, utilizando un molde de 21 cm necesitamos:

Tarta de zanahoria:

  • 4 huevos medianos
  • 180 gr de azúcar moreno
  • 50 gr de almidón de maíz (maizena) *
  • 30 gr de harina de arroz *
  • 100 gr de almendra molida *
  • 200 gr de mantequilla **
  • 250 gr de zanahoria rallada
  • 75 gr de nueces peladas
  • 50 gr de uvas pasas o arándanos
  • 15 gr de levadura química *
  • 5 gr de canela molida *
  • 1/2 cta de jengibre fresco rallado
  • 2 pipas de cardamomo
  • Pizca de sal

Frosting crema de queso:

  • 125 gr de mantequilla **
  • 200 gr de queso crema **
  • 200 gr de azúcar glass *
  • 1 limón

* Estos ingredientes deben ser específicamente Sin Gluten
** Si eres intolerante a la lactosa, estos ingredientes han de ser Sin Lactosa


Elaboración

Si queréis la tarta para merendar o cenar tendréis que elaborarla por la mañana temprano o bien prepararla el día de antes. Estará deliciosa.

En primer lugar ponemos las uvas pasas o arándanos desecados en remojo con agua o ron en un vasito. Lo segundo que tenemos que hacer es pelar y rallar la zanahoria. Te recomiendo rallarla a mano, no utilizar un triturador. Necesitarás unos 300 gr de zanahoria para alcanzar los 250 gr de zanahoria rallada.

En otro bol ponemos los huevos, el azúcar moreno y la mantequilla en pomada, hay que dejarla fuera del frigorífico varias horas para que esté muy blandita. Mezclamos con una batidora de varillas o a mano hasta que quede una crema bien integrada.

Añadimos al bol de la crema las harinas sin gluten tamizadas o pasadas por un colador para que no tenga ningún grumito, junto con la levadura en polvo (la de los bizcochos) y la pizca de sal. Mezclamos muy bien para que quede todo integrado.

En una trituradora (o con cuchillo si no tenemos) troceamos las nueces y las uvas pasas escurridas. No hay que dejarlo en polvo, solo en trocitos pequeños que sean agradables a la hora de comer. Una vez triturado lo añadimos al bol.

Por último añadimos la zanahoria rallada y las especias. Para añadir el cardamomo hay que abrir las pipas, sacar las semillas y molerlas bien en un mortero. Puedes utilizar las especias que más te gusten, pero personalmente la combinación de canela, jengibre y cardamomo, en su justa medida me parece espectacular.

Una vez que esté todo bien mezclado, solo queda verterlo en el molde. Yo os recomiendo utilizar un molde desmoldable y para que quede perfecto hay que abrir el molde, colocar sobre la base una lámina de papel de horno, colocamos el aro y cerramos. Untamos el aro con un poco de mantequilla y vertemos la masa en el molde. Damos unos golpes sobre la mesa para que la masa se asiente y reparta homogeneamente. Es un masa densa y con tropezones.

Introducimos en el horno a 180-190ºC previamente precalentado, a una altura media y horneamos durante 30-40 minutos. Cada horno es un mundo, así que cuando lleve 30 minutos pinchamos para comprobar si está hecho, en caso contrario lo dejamos cinco minutos más. Si vemos que se queda demasiado dorado podemos taparlo con papel de aluminio mientras se hornea.

Ten en cuenta que no es un bizcocho, es una textura diferente, más denso pero jugoso. Por ello no debemos pasarnos con el tiempo en el horno, de lo contrario quedará seco.
Una vez horneado, lo dejamos enfriar sobre una rejilla. No podremos cortarlo ni decorarlo hasta que esté completamente frío.


Cuando esté totalmente frío, preparamos el frosting y decoramos. Preparar el frosting es muy fácil, simplemente mezclamos la mantequilla en pomada (tiene que estar fuera de la nevera), el azúcar glass, el queso crema bien frío y una cucharada de zumo de limón. Mezclamos con una batidora de varillas unos minutos para que se forme nuestra deliciosa crema de queso.

Cortamos la tarta por la mitad con la ayuda de una lira y separamos. Si no tenéis lira podéis hacerlo con un buen cuchillo, pero sinceramente es de los mejores chismes que tengo. Una vez separado en dos, colocamos la mitad de la crema de queso sobre la base y extendemos con una espátula (otro chisme muy útil).

Con cuidado colocamos la otra parte de la tarta encima. Con la espátula, ponemos una pequeña capa de crema cubriendo la parte superior y metemos en el frigorífico unos 10 minutos. Esto es para evitar que se desmigue y manchemos el resto de la crema.

Una vez que la capa de crema está fría podemos poner el resto de la crema, bien con la espátula si queremos que quede liso o decorando con una manga pastelera con boquilla estriada. También se puede cubrir con crema las paredes, para ello necesitaréis más cantidad de crema de queso.

Por último, rallamos un poquito de cáscara de limón sobre la tarta para darle un toque de color y frescura. La guardamos en la nevera y listo. Acordaros de sacar la tarta unos minutos antes de comerla, para que se puedan apreciar todos los sabores.

Si la hacéis en casa me gustaría que dejarais un comentario por aquí o en redes sociales. ¡A disfrutar!



Nota: Con la misma masa puedes preparar unos cupcake utilizando moldes para magdalenas y horneándolos unos 20 minutos. Cuando estén fríos puedes decorarlos con el mismo frosting utilizando una manga pastelera.


Ricardo. Celiacoalos30

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